Buenos tardes blogueros!
Hoy en clase hemos realizado una
dinámica muy entretenida en la cual hemos tenido que escribir individualmente
una historia personal en la que hayamos tenido que pedir ayuda (profesional o
no) para posteriormente contarla voluntariamente al resto de clase. Con esto el
profesor pretendía que nos pusiésemos en el lugar de nuestros futuros usuarios
aprendiendo a escuchar y observando que nosotros mismos tenemos problemas que
pueden servir de espejo a otras personas y así poder establecer una correcta
relación de ayuda.
La historia se estructuraba en base
a las siguientes preguntas:
- ¿Qué me ocurrió?
- ¿Cómo me sentí cuando necesité
ayuda?
- Cuando me ayudaron, ¿Hubo algo
que me molestó?
- ¿Cómo me gustaría que me tratasen
la próxima vez?
Os ponemos a continuación algunas
de las historias:
1ª HISTORIA: Paquita Fernández
Lo que me pasó fue que tras un
complicado incidente familiar me costaba asimilar acontecimientos difíciles o
estresantes los cuales me producían mucha ansiedad hasta el punto de no poder
respirar porque siempre asociaba lo malo a ese incidente, que no me dejaba ni
dormir.
Me sentí fatal a la hora de pedir
ayuda, que fue a mis padres, y ellos me llevaron a una psicóloga. Me sentí fatal
porque hasta ese momento no lo había visto como un problema si no como algo
normal.
Lo único que me molesto fue que se
entrometieran tanto en mi vida personal, no lo entendía, aunque luego vi que
era algo necesario para ayudarme.
Espero que no haya próxima vez por
lo que no me planteo como sería la próxima.
2ª HISTORIA: Inma González
Cuando tenía aproximadamente 15/16
años pasé por un momento de mi vida un poco ‘’agobiante’’. Se juntaron varias
coas en un periodo de tiempo relativamente corto: se murió mi abuelo, mi madre
se quedó en el paro y veía que estaba pasando por un mal momento, iba mal en
los estudios…
Yo me sentía triste, con la
autoestima bastante baja y mis profesores lo notaban. Tenía claro que quería
seguir estudiando y hacer bachiller, sin embargo, como se acercaba el último
año de la ESO varios profesores me dijeron que lo más apropiado sería seguir
con un grado medio, ya que según ellos no podría aprobar un bachiller.
Cuando me di cuenta de que
necesitaba ayuda decidí hablarlo con mi tutora. Ella me ofreció toda su ayuda y
me propuso el ir a la psicóloga del centro. Mis padres por supuesto estaban de
acuerdo, ya que, como todos los padres, quieren lo mejor para sus hijos.
Al principio le daban muchas
vueltas, porque asociaba la idea de ir al psicólogo con estar loca. Sin
embargo, el ir tres veces me sirvió para subir la autoestima, ver las cosas de
otra manera y orientarme en mis estudios.
Le estoy agradecida, porque si
llega a ser por ciertos profesores lo más seguro es que no hubiese llegado a
mis propósitos.
3ª HISTORIA: Mercedes Casanovas
El problema por el cual tuve que pedir ayuda de
profesionales fue que, debido a mi baja tensión, me desmallaba en público
cuando me sentía agobiada o nerviosa.
Mi problema apareció a los 18
años, después de la jornada de trabajo me fui a cenar con mis amigas y de
repente me empecé a encontrarme mal, me mareaba, tenía sudores fríos y era
imposible mantener el equilibrio y de un momento a otro me desmalle, solo recuerdo
abrir los ojos y ver a mis amigas gritar y al momento volver a desmayarme, la
próxima vez que abrí los ojos estaba en urgencias atendida por profesionales.
Los médicos me realizar diversas
pruebas de tensión, azúcar etc. y me mandaron al médico de cabecera, el cual me
mando al cardiólogo y determinaron que lo que sufría era de tensión baja. En
todo momento me sentí atendida y no me encontré molesta, aunque si estaba
preocupada, ya que los mareos aparecían de un momento a otro y me llegue a
desmallar en mi casa golpeándome la cabeza contra una mesa.
Con el paso del tiempo he
aprendido a controlar la situación y cuando me empiezo a agobiar me salgo a la
calle a respirar aire fresco, también intento tomar alimentos que suban la
tensión como el café etc., todo esto lo he conseguido gracias a la ayuda de los
profesionales.
Queridos lectores os dejamos un vídeo que para nosotros es bastante interesante sobre las habilidades esenciales para la relación de ayuda impartido por Ana Bravo perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid:
https://www.youtube.com/watch?v=ZAkepCY2HIw
¡¡Hasta pronto!!
Bien las descripciones, por la sinceridad y el valor de compartirlas. En la forma debéis cuidar algunas cosas: La de Paquita, no queda muy claro por qué no quería pedir ayuda; también podría tener una redacción menos coloquial y poner alguna tilde que falta (lo único que me molesto-ó-).
ResponderEliminarEn la historia de Mercedes, tenéis un fallo grande: desmayo es con Y.
Muy bien por el vídeo de la relación de ayuda.
Saludos,
JD